Cuáles son
nuestras fuentes de vida
Realidad de alianza
Die Quellen, aus denen Menschen leben, bestimmen ihren Alltag. Wir leben aus der Bundeswirklichkeit. Gott hat Interesse an jedem von uns. Diese Realität ist der größte Schatz unseres Lebens.
Aus Liebe hat er uns die Hand gereicht zum Bund:
- als er uns ins Leben rief
- als wir in der Taufe seine Kinder wurden
- als er uns auf den Weg
der Nachfolge Jesu rief
in einem Leben
nach den Räten des Evangeliums
mitten in der Welt - als er uns den Weg
in das Bündnis mit Maria und
in die Gemeinschaft
des Schönstatt-Frauenbundes führte.
Vida cotidiana en la Federación
«La Federación soy yo» –
Esta expresión acuñada en los inicios de Schoenstatt
no ha perdido nada de su vigencia.
Lo que sostiene a la comunidad,
lo que la mantiene viva,
debe realizarse en mí,
en mi vida cotidiana.
Allí donde yo estoy, está la comunidad.
Cuando llevo ante Dios las intenciones
del mundo y de la Iglesia,
lo hago en unión con la comunidad.
Cuando me comprometo,
lo hago a partir de la pertenencia a esta comunidad.
Eso se concreta de forma diferente en cada
una según las circunstancias
de su vida personal y profesional.
Mi día
No es fácil encontrar el ritmo adecuado para mi día. Es un desafío constante organizar de tal modo el día que en él tengan cabida tanto los tiempos de recogimiento y de vida interior como la profesión, el compromiso apostólico y el esparcimiento. La vida espiritual en medio del mundo hay que plasmarla desde su centro. Quisiera vivir todo el día con Dios y para Dios, y no «ser vivida» por otras influencias que pretenden adquirir poder sobre mi persona.
A eso me ayuda la meditación diaria sobre los acontecimientos de la vida. Al comienzo del día me pongo bajo la mirada de Dios y me dispongo a los encuentros a los que él me conducirá ese día. Al fin del día me pregunto dónde me tendió Dios su mano en acontecimientos, personas, o cosas que él haya permitido durante el transcurso de la jornada.
La lectura espiritual me ofrece guías para salir airoso en mi vida de hoy a partir de la espiritualidad de Schoenstatt. En la participación en la Eucaristía, Dios me ofrece de forma especial su mano y me introduce en la nueva alianza con Jesucristo.
Si establezco un orden en mi día, Dios se valdrá de ese orden para sostenerme.