Qué grande es el amor paternal de Dios, que olvida todas las ofensas que le causamos y siempre nos abre los brazos de nuevo y nos llama y se consume por nuestro corazón humano.
Gertraud v. Bullion
Cartas y escritos 449
Qué grande es el amor paternal de Dios, que olvida todas las ofensas que le causamos y siempre nos abre los brazos de nuevo y nos llama y se consume por nuestro corazón humano.
Gertraud v. Bullion
Cartas y escritos 449